Cómo pueden ayudar la terapia y el asesoramiento
La terapia puede ser un tratamiento eficaz para una serie de problemas mentales y emocionales. El simple hecho de hablar sobre sus pensamientos y sentimientos con una persona que lo apoye a menudo puede hacerlo sentir mejor. Puede ser muy curativo, en sí mismo, expresar sus preocupaciones o hablar sobre algo que le preocupa. Y se siente bien ser escuchado, saber que alguien más se preocupa por ti y quiere ayudarte.
Si bien puede ser muy útil hablar sobre sus problemas con amigos cercanos y familiares, a veces necesita ayuda que las personas que lo rodean no pueden brindarle. Cuando necesite apoyo adicional, una perspectiva externa o alguna guía experta, hablar con un terapeuta o consejero puede ayudar. Si bien el apoyo de amigos y familiares es importante, la terapia es diferente. Los terapeutas son oyentes capacitados profesionalmente que pueden ayudarlo a llegar a la raíz de sus problemas, superar desafíos emocionales y hacer cambios positivos en su vida.
No es necesario que le diagnostiquen un problema de salud mental para beneficiarse de la terapia. Muchas personas en terapia buscan ayuda para las preocupaciones cotidianas: problemas de relación, estrés laboral o dudas, por ejemplo. Otros recurren a la terapia en momentos difíciles, como un divorcio. Pero para cosechar sus beneficios, es importante elegir al terapeuta adecuado, alguien en quien confíes, que te haga sentir querido y que tenga la experiencia para ayudarte a hacer cambios para mejorar tu vida. Un buen terapeuta te ayuda a ser más fuerte y más consciente de ti mismo.
¿Por qué terapia y no medicación?
La idea de poder resolver sus problemas tomando una pastilla todos los días puede sonar atractiva. ¡Si fuera tan fácil! Los problemas mentales y emocionales tienen múltiples causas, y la medicación no es una cura única.
Los medicamentos pueden ayudar a aliviar ciertos síntomas, pero tienen efectos secundarios. Además, no puede resolver los problemas del “panorama general”. Los medicamentos no arreglarán sus relaciones, no lo ayudarán a decidir qué hacer con su vida ni le darán una idea de por qué continúa tomando decisiones poco saludables.
La terapia puede llevar mucho tiempo y ser desafiante, ya que a menudo surgen emociones y pensamientos incómodos como parte del proceso de tratamiento. Sin embargo, la terapia brinda beneficios duraderos más allá del alivio de los síntomas. La terapia le brinda las herramientas para transformar su vida: para relacionarse mejor con los demás, construir la vida que desea para usted y hacer frente a cualquier obstáculo que se le presente.
Encontrar el terapeuta adecuado para usted
Encontrar al terapeuta adecuado probablemente llevará algo de tiempo y trabajo, pero vale la pena el esfuerzo. La conexión que tienes con tu terapeuta es fundamental. Necesita a alguien en quien pueda confiar, alguien con quien se sienta cómodo hablando sobre temas difíciles y secretos íntimos, alguien que sea un socio en su recuperación. La terapia no será efectiva a menos que tenga este vínculo, así que tómese un tiempo al principio para encontrar a la persona adecuada. Está bien darse una vuelta y hacer preguntas al entrevistar a posibles terapeutas.
La experiencia importa. Una de las principales razones para ver a un terapeuta, en lugar de simplemente hablar con un amigo, es la experiencia. Busque un terapeuta que tenga experiencia en el tratamiento de los problemas que usted tiene. A menudo, los terapeutas se enfocan en áreas especiales, como la depresión o los trastornos alimentarios. Los terapeutas experimentados han visto los problemas a los que te enfrentas una y otra vez, lo que amplía su punto de vista y les da más información. Y para algunos problemas, como traumatismos o PTSD, consultar a un especialista es absolutamente esencial.
Conozca las diferentes orientaciones de tratamiento. Muchos terapeutas practican una combinación de orientaciones. Sin embargo, es una buena idea aprender sobre los diferentes tipos de tratamiento, porque eso puede afectar la forma de relacionarse de su terapeuta y la duración sugerida del tratamiento.
Verifique la licencia. Las credenciales no lo son todo, pero si está pagando por un profesional con licencia, asegúrese de que el terapeuta tenga una licencia actual y esté en regla con la junta reguladora estatal. Las juntas reguladoras varían según el estado y la profesión. También verifique si hay quejas contra el terapeuta.
Confia en tu instinto. Incluso si su terapeuta se ve muy bien en el papel, si la conexión no se siente bien, si no confía en la persona o siente que realmente le importa, elija otra opción. Un buen terapeuta respetará esta elección y nunca debe presionarte ni hacerte sentir culpable.